Un perro caminó solo 12 kilómetros hasta el velatorio de su dueño y lloró en el cajón

Un gesto de lealtad protagonizado por un perro en Ipuiúna, en el sur del estado de Minas Geraisen, Brasil conmovió a una comunidad entera y, en pocas horas, su historia dio la vuelta al mundo.
Nick, un perro mestizo de pelaje claro, recorrió por su cuenta más de 12 kilómetros para llegar al velorio de su dueño, Claudemir Cândido Luiz, conocido afectuosamente como Marola, quien murió tras haber sufrido un paro cardiorrespiratorio el pasado 15 de agosto.
Según informó Globo, el animal dejó la granja donde vivía y emprendió la larga caminata por la ruta hasta llegar al lugar del velorio, como si supiera que allí debía rendirle homenaje a Marola.
Nick entró directamente al salón donde se realizaba el funeral y dejó a todos sin palabras, nadie podía entender cómo había llegado hasta allí, todavía no se sabe como lo logró.
La sorpresa siguió cuando, la mascota se acercó al ataúd de su compañero de vida, se recostó junto a él y lloró. Su objetivo estaba claro, quería ver por última vez a su dueño.
Marola era productor rural que vivía en una granja junto a su familia y a Nick desde hacía diez años. Quienes los conocieron describieron que el vínculo entre ambos era inseparable: trabajaban codo a codo en las labores del campo, compartían rutinas diarias e incluso dormían cerca. “Nick lo era todo para él”, recordó conmovido Edvino Cândido Luiz, padre de Marola.
El día de su muerte, Cândido Luiz comenzó a sentirse mal mientras se encontraba en su coche. Intentó llegar a la ciudad para buscar asistencia médica, pero sufrió un paro cardíaco y murió poco después de ingresar al hospital. La noticia sacudió a familiares y amigos, que al día siguiente se reunieron para despedirlo en un velorio íntimo.
La escena sorprendió a todos los presentes. “Me quedé impactada. Fue algo que nunca imaginamos que podría pasar”, relató Kátia Luiz, cuñada de Marola. Según recordó, Nick solía ser un perro arisco y receloso con los extraños, pero aquel día se mostró abatido, con una expresión de tristeza y cansancio difícil de describir.
Las imágenes del momento, registradas por la familia, muestran a Nick triste junto al ataúd. En un gesto simbólico, Kátia lo acercó hasta la caja mortuoria para que pudiera despedirse. “Él olfateó, movió un poco la cola, se acostó y lloró”, contó emocionada.
“Estaba totalmente deprimido, con los ojos llorosos. Realmente sintió la pérdida de su tutor”, añadió Kátia.
Para José Cândido Luiz, hermano de Marola, la reacción del perro refleja la relación de amor y complicidad que su hermano cultivó no solo con Nick, sino también con toda la familia y su entorno. “Él ya no está con nosotros, pero lo que nos queda son los buenos recuerdos. Y este episodio lo llevaré conmigo para el resto de mi vida”, expresó entre lágrimas en EPRV1.
Hoy, Nick sigue en la granja junto a la familia, que lo acompaña y cuida mientras todos atraviesan el duelo.
Fuente: www.clarin.com